"Lo siento: por las memorias de dolor que comparto contigo." // "Perdón: por unir mi camino al tuyo para sanar." // "Te amo: Porque eres una creación del Divino y por ser quien eres." // "Gracias: por que estás aquí para mí." // "Te Amo. Te Amo. Te Amo."

sábado, 4 de febrero de 2012

Ondas Cerebrales - Estudio Detallado


DESCRIPCIÓN DETALLADA

ONDAS DELTA: Con una frecuencia de 1-3 Hz, surgen principalmente en el sueño profundo y muy raras veces se pueden experimentar estando despierto. Sus estados psíquicos correspondientes son el dormir sin sueños, el trance y la hipnosis profunda. Las ondas delta resultan de gran importancia en los procesos curativos y en el fortalecimiento del sistema inmunitario.

ONDAS THETA: Con una frecuencia de 4-7 hz., se producen durante el sueño (o en meditación profunda, entrenamiento autógeno, yoga...), mientras actúan las formaciones del subconsciente. Las características de este estado son: memoria plástica, mayor capacidad de aprendizaje, fantasía, imaginación e inspiración creativa.

ONDAS ALFA: Tienen una frecuencia de 8–12 Hz y están asociadas con estados de relajación. Se registran especialmente momentos antes de dormirse. Sus efectos característicos  son: relajación agradable, pensamientos tranquilos y despreocupados, optimismo y un sentimiento de integración de cuerpo y mente.

ONDAS BETHA: Originan un campo electromagnético con una frecuencia comprendida entre 13 y 30 Hz (vibraciones por segundo). Se registran cuando la persona se encuentra despierta y en plena actividad mental. Los sentidos se hallan volcados hacia el exterior, de manera que la irritación, inquietud y temores repentinos pueden acompañar este estado.

- Ondas cerebrales en función del crecimiento -


La actividad predominante del cerebro durante los primeros 2 años de vida del niño es delta, la frecuencia más baja del EEG. En un cerebro adulto, delta está asociada con el dormir o el inconsciente.

Entre los dos y seis años de edad, la actividad del cerebro del niño se acrecienta y opera fundamentalmente en el rango de theta. En el adulto, la actividad theta está asociada con estados de ensueño o imaginación. Mientras están en el estado theta, los niños pasan la mayor parte del tiempo mezclando el mundo imaginario con el mundo real.



Únicamente después de los seis años de edad, la consciencia calma asociada con la actividad alpha se convierte en un estado predominante del cerebro. A los doce años, el cerebro expresa todos los rangos de frecuencia, aunque su actividad principal está en el estado beta de consciencia enfocada. Los niños dejan la escuela primaria atrás a esta edad y entran a los programas académicos más intensos de la escuela secundaria.

Un hecho profundamente importante en la evolución descrita más arriba y que puede haber escapado a su atención, es que los niños no expresan las frecuencias alpha del procesamiento consciente como un estado predominante del cerebro hasta después de los seis años de edad. La actividad predominante delta y theta en niños de menos de seis años significa que sus cerebros están operando a niveles por debajo del consciente.



Las frecuencias del cerebro delta y theta definen un estado cerebral conocido como trance hypnogógico, el mismo estado neural que los hipnoterapeutas usan para cargar nuevas conductas directamente en la mente subconsciente de sus clientes.

El niño vive los primeros seis años de su vida en un trance hipnótico.

Durante este tiempo, sus percepciones del mundo son grabadas directamente en el subconsciente, sin la discriminación de la mente consciente de sí misma, la cual se encuentra latente. En consecuencia, aprendemos nuestras percepciones fundamentales sobre la vida antes de que expresemos la capacidad de elegir o rechazar esas creencias.


Simplemente somos “programados.”

Los Jesuitas eran conscientes de este estado de programación y se jactaban orgullosamente:

    “Dennos a un niño hasta que cumpla seis o siete años de edad y pertenecerá a la iglesia de por vida.”

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"Epigenética y Transducción, la Biología de la creencia"

La epigenética (por encima de la genética) es el control de los genes. Transducción, que significa transformación de un tipo de señal en otro tipo de señal, es cuando un organismo lee la señal del medio ambiente y la traduce en comportamiento y genética. O sea que la transducción controla comportamiento y también genética. La transducción de la señal está por encima de la epigenética porque es necesaria para entender la epigenética.
La Transducción se basa en leer el medio ambiente, interpretarlo y luego generar una respuesta, que es la respuesta a un estimulo. La repuesta puede reflejarse en la conducta o en la genética.

En contraposición al Dogma Central (somos gobernados por nuestros genes hereditarios ADN), actualmente la epigenética nos dice: primero, señal del medio ambiente, luego proteínas cromosomáticas, que son como fundas que cubren al ADN y al cromosoma, y cuando quitas esta funda puedes leer el ADN.


Esta funda responde a la señal del medio ambiente, o sea que para leer el ADN tienes que tener,

  •         primero una señal del medio ambiente
  •         segundo, afectar a la proteína
  •         tercero, cuando la proteína, o funda, se corre, queda expuesto el gen
  •         cuarto, se produce una copia del gen que se llama ARN
  •         quinto, el ARN genera una nueva proteína

Entonces ¿en dónde está el ADN? En tercer lugar. Por lo tanto, ¿quién manda?

La epigenética dice que si queremos cambiar los genes, lo que tenemos que hacer es cambiar el medio ambiente y los genes cambiarán.

El medio ambiente es energía universal. Abarca desde el sol, los planetas, o sea la astrología, hasta nuestros propios pensamientos. Nuestro cuerpo es energía, nuestros pensamientos son energía.


En el caso de “La Biología de la Creencia” yo estoy informando como funciona nuestra biología y los lectores tienen la libertad de usar esa información como deseen.

No hay pasos a seguir o fórmulas. Mi función no es decirles qué es lo que tienen que hacer con esta información, mi función es proveer los elementos para que cada lector pueda elegir qué quiere cambiar de su biología y sienta que tiene el poder de hacerlo. Yo no estoy diciendo qué es correcto o incorrecto, esa es una decisión individual derivada de una experiencia personal.

Mi intención es que después de leer el libro se den cuenta de que no existen los accidentes y que todos tenemos el poder de elegir nuestra experiencia de vida.

Por eso es auto-poder y no auto-ayuda.

por Bruce H Lipton, PhD


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jueves, 2 de febrero de 2012

Un Minuto de Meditación

La paradoja de las personas más estresadas es que creen que no tienen tiempo para detenerse, respirar y relajarse”, afirma el psicólogo Martin Boroson, autor del best seller Respira (Urano), donde describe un método de relajación especialmente diseñado para quienes conviven con los nervios, la tensión y el cansancio derivado de su frenética actividad laboral.
“Estos ejecutivos suelen perderse en un círculo vicioso muy peligroso” del que “no suelen
salirse hasta que su propio cuerpo, por medio de la enfermedad y el malestar, les obliga a cambiar ciertas creencias y hábitos de su vida”. Boroson ha demostrado que “para desenchufarse de la ficción tecnológica creada por los ordenadores, los teléfonos e Internet, basta con dedicar un minuto al día para empezar a recuperar la conexión con uno mismo”. Estas son las sencillas instrucciones:

  •   aislarse durante 1′, cerrar la puerta, descolgar el teléfono…    
  •  cronometrar el tiempo
  •  sentarse con la espalda recta y la cabeza como si nos tirase hacia arriba un hilo cósmico, las manos relajadas en las piernas
  •  concentrarnos en la respiración y volver a ella cuando nos distraigamos
«El ahora es milagroso –nos dice el autor–, porque cuando experimentamos el momento presente en toda su plenitud y renunciamos a cualquier idea de pasado o futuro, incluso a la existencia de un pasado o un futuro, estamos rozando la eternidad».

Aunque las prácticas de meditación suelen durar más tiempo, al menos 20′, está técnica del MINUTO PORTATIL puede ser útil para cambiar rápidamente el estado mental y como recordatorio de la importancia de centrarnos en el momento presente y mantaner la calma ante cualquier cicunstancia externa porque es dentro donde está el Poder para afrontar los retos de la Vida y de estos tiempos.

Y con el tiempo, este minuto mágico puede conseguir que estemos conscientes en todo momento, vivir en una contínua presencia…
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miércoles, 1 de febrero de 2012

El código de la Luz - Solar

Las células de los seres humanos, de los animales y de las plantas desprenden luz bajo la forma de biofotón. Esta luz es capaz de permitir un intercambio de información entre los organismos, incluso a grandes distancias.
Cada célula de nuestro organismo emana una luz similar a la de una vela colocada a 25 km de distancia. De manera que la suma de todas las células da lugar a una destacada luminosidad.

Mitsuo Hiramatsu, científico del laboratorio Photonics de Japón, ha comprobado que las uñas emiten 60 fotones por minuto, los dedos 40 y las palmas sólo 20 (datos publicados en el Journal of Photochemistry and Photobiology).

Algunos científicos japoneses fotografiaron a cinco voluntarios con una máquina fotográfica particular, capaz de revelar la luminosidad de cada fotón individual. el rostro es lo que presenta una mayor luminosidad: esto se debe a que, al tratarse de la zona más expuesta al sol, tiene un mayor índice de melanina, un pigmento que contiene un componente fluorescente que aumenta la luminosidad de la piel. la luminosidad de los cinco sujetos llegaba a su punto culminante a las 16:00 horas y alcanzaba el mínimo a las 10:00 horas.(ver foto)
La teoría de los biofotones demostraron que estas emisiones de luz regulan el crecimiento y la regeneración de las células, además de controlar todos los procesos bioquímicos.

La luz es portadora de señales y mensajes
  ¡y, sin su presencia, estas informaciones no pueden transmitirse!
Si colocamos dos pipetas con sangre de cerdo, una al lado de la otra y separadas por un vidrio que permita que penetren los rayos ultravioleta y a uno de los dos vasos se le añade un agente patógeno, la sangre contenida en ese vaso reacciona de manera natural y empieza a producir anticuerpos. Poco tiempo después,la sangre del otro vaso comienza a generar los mismos anticuerpos que la del primer vaso, incluso aunque no tenga ese agente patógeno.
En cambio, si se bloquea la transmisión de luz entre los dos vasos por medio de un vidrio o una pared que altere la radiación ultravioleta, la sangre del segundo vaso no reacciona generando anticuerpos.

El bioquímico Fritz-Albert Popp manifestó que se pueden encontrar claras relaciones entre luz fotónica y enfermedad. Él y sus colaboradores sostienen que, en los enfermos, la luminosidad está alterada
.

Así, una luminosidad reducida en nuestras células está relacionada con un desequilibrio y con la enfermedad, y, por tanto, la luminosidad adecuada indica un estado de salud y bienestar.
En definitiva, la luz que emana de nosotros ejerce cierta influencia en la actividad celular, emocional y mental de otros organismos, ya sean éstos vegetales, animales o humanos, e interactúa con el ambiente externo, modificando la materia mediante la información que transporta.

Las enfermedades del cuerpo humano son señales que nos invitan a observarnos, a conocernos y a cambiar. Ignorarlas o calmarlas mediante fármacos no resuelve el problema porque, de un modo u otro, se manifestará de otra manera.

El ADN humano contiene toda la información de lo que somos y funciona como una estación retransmisora de biofotones: recibe la luz, asimila la información que contiene y la envía a las células de nuestro cuerpo, dirigiendo todos los procesos vitales.
El ADN humano es una verdadera «antena electromagnética» que recibe e interpreta los mensajes de la luz, con independencia de que provengan de las células del interior del organismo como del exterior.
Los biofotones, oportunamente producidos por nuestro ADN, garantizan la polarización de las membranas celulares: un aporte escaso de biofotones reduciría la polarización celular y conduciría a la enfermedad. Según esto, las enfermedades disminuyen la fuerza y las características de la emisión luminosa y este descubrimiento podría conducir a metodologías
menos invasivas en el campo del diagnóstico médico.
De nuestra luminosidad interior depende nuestra salud. Los estudios sobre los biofotones tienen en cuenta incluso los alimentos que ingerimos y la luz que contienen, ya que ésta también se halla en los alimentos, sobre todo en los vegetales frescos. Cuanto más pasan los alimentos por procesos de elaboración, más parece que pierden su reserva de luz, de manera que incluso disminuye su poder nutritivo sutil. En cierto sentido tendemos a ingerir «alimentos muertos», es decir, sin luz.

La luz solar es el sustento y LA MEDICINA MÁS PODEROSA que tenemos a nuestra disposición, aunque la mayoría de la gente no tenga conciencia de este recurso. Podríamos utilizarla para obtener energía limpia y evitar explotar y devastar este planeta, pero parece que la conciencia humana tenga que llegar al filo del abismo para darse cuenta de esta posibilidad”

El exceso de luz artificial tiene el mismo efecto que una mala alimentación: palidez, apatía, tendencia a la depresión y reducción de la energía vital, y de la eficacia del sistema inmunitario, además de una tendencia a engordar, como ya le he dicho. HAY QUE TOMAR EL SOL TODOS LOS DÍAS DEL AÑO 15 minutos, o la luz cuando no hay sol directo. Por supuesto, evitar el exceso en verano y seguir pautas como no exponerse en las horas de mayor incidencia. La puesta y la salida del sol son dos excelentes momentos, porque la radiación solar es inferior a la de un televisor, y la acción terapéutica es igual de profunda y eficaz” Daniel Lumera
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Un Curso de Milagros

Un Curso de Milagros es un conjunto de tres libros que sirve como autoestudio para el crecimiento personal. El curso posee derechos de autor desde 1975, y fue publicado en 1976. Más de un millón y medio de copias se ha vendido desde esa fecha, sin necesidad de publicidad ni de  promoción alguna. ¿De dónde salieron esos libros y qué dicen?
 La historia de Un Curso de Milagros comenzó en 1958, cuando el Dr. William (Bill) Thetford era Director del Departamento de Psicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Columbia, y había contratado a la Dra. Helen Schucman como psicóloga investigadora para trabajar con él. Debido a la tensión y a los conflictos existentes en el departamento, Bill, en 1965, se exasperó y le dijo a Helena que tenían que encontrar una mejor forma de entenderse. Para su sorpresa, Helena estuvo de acuerdo con Bill y le dijo que ayudaría a encontrar una solución.
El compromiso de Helena dio lugar a una serie de sueños, visiones y experiencias psíquicas durante tres meses. Luego, una noche, en septiembre de 1965, una voz interna comenzó a dictarle a Helena, diciéndole “éste es un curso de milagros, por favor, escriba”. Helena entró en pánico e inmediatamente llamó a Bill, preguntándole qué debía hacer. Calmadamente, Bill le sugirió que tomara las notas y que las llevara a la mañana siguiente para que ambos revisaran el material. Helena tomó las notas y recibió durante la primera noche el siguiente mensaje, que se transformó posteriormente en la introducción al Curso (vol. 1, p. 1):
 ”Éste es un curso obligatorio. Sólo el momento en que decides tomarlo es voluntario. Tener libre albedrío no quiere decir que tú mismo puedes establecer el plan de estudios. Significa únicamente que puedes elegir lo que quieres aprender en cualquier momento dado. Este curso no pretende enseñar el significado del amor, pues eso está más allá de lo que se puede enseñar. Pretende, no obstante, despejar los obstáculos que no te permiten ser consciente de la presencia del amor, el cual es tu herencia natural. Lo opuesto al amor es el miedo, pero aquello que todo lo abarca no puede tener opuestos. Este curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera: nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. En esto radica la paz de Dios.”
Durante los siguientes siete años, Helena y Bill repitieron el mismo procedimiento. Helena escucharía la voz interior durante la noche, escribiría lo dictado y lo mostraría a Bill temprano en la mañana siguiente. Bill luego escribiría a máquina el material y ayudaría a colocar la puntuación, a separar el texto en párrafos y secciones y a colocarle los títulos.
El Curso fue dictado en primera persona, y se cree que Jesús fue su autor. Por ejemplo, el autor en un momento discute el significado de la crucifixión y lo que le había dicho a los Apóstoles. Helena cree que el material le fue entregado a ella por Jesús, y al respecto el Curso dice (vol. III, pp. 26-27):
 ”El Nombre de Jesucristo como tal no es más que un símbolo. Pero representa un amor que no es de este mundo. Es un símbolo que se puede usar sin riesgo para reem-plazar a los innumerables nombres de todos los dioses a los que oras…Este Curso procede de él, porque sus palabras llegan a ti en un lenguaje que puedes amar y comprender.”
El Curso está organizado, sin embargo, como si estuviera escrito para una universidad. Consiste en tres libros: un Texto de 669 páginas, un Libro de Ejercicios de 478 páginas y un Manual para el Maestro de 92 páginas. Una opción puede ser usar estos libros en cualquier orden y en cualquier combinación.
El Texto es totalmente teórico y presenta conceptos básicos, y aunque usa términos cristianos, en realidad se relaciona con temas espirituales universales. De hecho, el Texto sintetiza muchas religiones diferentes, como también diferentes perspectivas filosóficas y psicológicas. Kenneth Wapnick, destacado promotor del Curso, señala:
 ”Un Curso de Milagros puede considerarse como una integración de las tradiciones platónicas, cristianas y gnósticas y, al mismo tiempo, como una extensión de ellas a través de una visión mucho más inclusiva, que utiliza la comprensión de la psicología contemporánea para ayudar al mensaje de salvación.”
El Libro de Ejercicios incluye 365 lecciones, una para cada día del año. Estas lecciones entregan instrucciones paso a paso sobre la meditación, la práctica del perdón y el cambio de nuestros patrones de pensamiento. El Libro de Ejercicios sugiere que no tomemos más de una lección diaria, pero podemos optar por demorarnos más de un día en cada lección.
El Manual para el Maestro está escrito en forma de preguntas y respuestas. Entrega respuestas a preguntas que los estudiantes podrían preguntar, y clarifica numerosos términos usados en el Texto.
El Curso enfatiza que es sólo una versión del currículo universal. De hecho, su título señala que es sólo “un” curso de milagros. Hay muchos otros cursos válidos, y todos ellos conducen a Dios. Como señala el Curso (vol. I, p. 73): “El viaje a Dios es simplemente el redespertar del conocimiento de dónde estás siempre y de lo que eres eternamente. Es un viaje sin distancia hacia una meta que nunca ha cambiado.”
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lunes, 30 de enero de 2012

Podemos reprogramar nuestra mente (Joe Dispenza)

¿Cómo empezó a interesarse por el cerebro?
He entrevistado a cientos de personas que han sido diagnosticadas con enfermedades -tumores malignos y benignos, enfermedades cardiacas, diabetes, alteraciones respiratorias, hipertensión arterial, colesterol alto, dolores músculo esqueléticos, raras alteraciones genéticas para las que la ciencia médica no tiene solución…-, pero cuyo cuerpo se ha regenerado por sí solo sin la ayuda de una intervención médica convencional, como la cirugía o los fármacos.

¿Milagro?
Observé que una de las causas principales de esas remisiones espontáneas era que habían cambiado su forma de pensar, así que volví a la universidad e hice la carrera de neurociencias para poder explicar qué es lo que ocurría. Cuando afirmo que nuestros pensamientos se convierten literalmente en materia, me baso en la más pura vanguardia científica. Básicamente, esos individuos cambiaron la arquitectura neurológica de su
cerebro.

Estimulante curiosidad la suya.
Todas esas personas que tenían una remisión espontánea compartían cuatro cualidades específicas. Lo primero es que todas aceptaron, creyeron y entendieron que había una inteligencia superior dentro de ellos, da igual si la calificaban de divina, espiritual o subconsciente. Lo segundo es que todas aceptaron que fueron sus propios pensamientos y sus propias reacciones las que crearon su enfermedad, y puedo hablar y citar estudios  sobre cualquiera de estos temas durante media hora. Hay un floreciente campo científico llamado psico-neuroinmunología que demuestra la conexión existente entre la mente y el cuerpo.

Le creo, pero avancemos en sus conclusiones.
La tercera característica común es que cada persona decidió reinventarse a sí misma para llegar a ser otro, y los estudios actuales en neurociencias muestran que esto es totalmente posible. Por último, tenían en común que durante el periodo en que intentaban meditar o imaginar en qué querían convertirse, hubo tiempos largos en que perdieron la noción del tiempo y el espacio.

¿Y eso qué significa?
El lóbulo frontal representa un 40% ciento de la totalidad del cerebro, y cuando estamos de verdad concentrados o focalizados, el lóbulo frontal actúa como un control de volumen. Como tiene conexiones con todas las demás partes del cerebro, puedo rebajar el volumen del tiempo y del espacio. En otras palabras, los circuitos que tienen que ver con mover tu  cuerpo, sentirlo, percibir lo que hay fuera y percibir el tiempo pasan a un segundo plano, y el pensamiento se convierte en la experiencia en sí, es más real que cualquier otra cosa. De este modo el lóbulo frontal elimina todo lo que no es prioritario para focalizarse en un único pensamiento, y es en ese momento en que el cerebro rehace su cableado.

¿En qué se traduce?
Aquello en lo que pensamos y en lo que concentramos nuestra atención con más frecuencia es lo que nos define a escala neurológica.
Un reciente estudio demuestra que las grandes ideas surgen cuando uno está relajado, pensando en otras cosas.
Entre la intención y el rendirse. Antes se creía que la parte derecha del cerebro es la parte emocional o sentimental, el lado creativo, y la izquierda, la racional o lógica. Pero de hecho, el lado derecho del cerebro es el responsable de procesar la novedad cognitiva, las nuevas ideas que, cuando ya están memorizadas, cuando se convierten en familiares, pasan al lado izquierdo del cerebro. Es lo que conocemos como rutina cognitiva.

¿Cambiar las marchas del coche?
Todas esas cosas que hacemos sin pensar, sí. Esa es la razón de que cuando un neófito escucha música la oiga con el lado derecho del cerebro, pero un músico profesional lo haga con el izquierdo. Esto significa que tenemos la oportunidad de aprender cosas nuevas y recordarlas, es la manera que tiene la evolución de hacer conocido lo desconocido. Podemos cambiar nuestra mentalidad. Al crear nuevos cableados y fortalecerlos con nuestro pensamiento, dándoles prioridad, los que no utilizamos tienden a
desaparecer.

Usted habla de inteligencia espiritual, ¿qué es eso, cómo lo explica desde un punto de vista científico?
No hay nada místico en ello. Se trata de la misma inteligencia que organiza y regula todas las funciones corporales. Esta fuerza hace que nuestro corazón lata ininterrumpidamente unas cien mil veces cada día sin que nosotros pensemos siquiera en ello, y se encarga de las sesenta y siete funciones del hígado, aunque la mayoría de la gente ni siquiera sabe que ese órgano realiza tantas tareas. Esta inteligencia sabe cómo mantener el orden entre las células, los tejidos, los órganos y los sistemas corporales, porque ha sido ella quien ha creado el cuerpo a partir de dos células individuales.
¿El poder que da origen al cuerpo es el poder que lo mantiene y lo sana?
El cerebro no puede cambiar el cerebro porque es sólo un órgano, y la mente no puede cambiar el cerebro porque es un producto del cerebro. Así que tiene que existir algo que está operando en el cerebro para que cambie la mentalidad.

¿Y la predestinación genética?
La investigación científica de vanguardia está mostrando que la genética tiene la misma plasticidad que el cerebro. Los genes son como interruptores, y es el estado químico en que vivimos el que hace que algunos estén encendidos y otros apagados. Se ha realizado un estudio muy interesante en Japón con enfermos dependientes de la insulina tipo dos que mostraba cómo los enfermos sometidos a programas de comedia normalizaban su nivel de azúcar en sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro genes activados sólo por el hecho de reírse. Los genes son igual de plásticos que nuestro tejido neuronal.

¿Cada vez que pensamos fabricamos sustancias químicas?
Así es, y estas sustancias a su vez son señales que nos permiten sentir exactamente cómo estábamos pensando. Así que si tienes un pensamiento de infelicidad, al cabo de unos segundos te sientes infeliz. El problema es que en el momento en que empezamos a sentir de la manera en que pensamos, empezamos a pensar de la manera en que nos sentimos, y eso produce aún más química.

Un círculo vicioso.
Sí, y así se crea lo que llamamos el estado de ser. La repetición de estas señales hace que algunos genes estén activados y otros apagados. Memorizamos este estado como nuestra personalidad, así que la persona dice: “Soy una persona infeliz, negativa, o llena de culpa”, pero en realidad lo único que ha hecho es memorizar su continuidad química y definirse como tal. Nuestro organismo se acostumbra al nivel de sustancias químicas que circulan por nuestro torrente sanguíneo, rodean nuestras células o inundan nuestro cerebro. Cualquier perturbación en la composición química constante, regular y confortable de nuestro cuerpo dará como resultado un malestar.

Estamos enganchados a nuestra química interna.
, haremos prácticamente todo lo que esté en nuestra mano, tanto consciente como inconscientemente y a partir de lo que sentimos, para restaurar nuestro equilibrio químico acostumbrado. Es cuando el cuerpo ya manda sobre la mente.

¿Propone cambiar la química cerebral con nuestro pensamiento?
Es una parte de mi trabajo, no se trata sólo de cambiar la química cerebral, también los circuitos cerebrales, el cableado. Si podemos forzar al cerebro a pensar con otros patrones o secuencias, estamos creando una nueva mente. El principio de la neurociencia es que si las células neuronales se activan conjuntamente, se entrelazan creando una conexión más permanente. Una persona ante una situación, por nueva que sea, recurre a esa conexión, es decir, repite el mismo pensamiento una y otra vez y da las mismas respuestas, su cerebro no cambia, vive con la misma mente cada día.

¿Cómo interrumpir el ciclo?
A través del proceso de conocimiento y de la experiencia podemos cambiar el cerebro. Es buena idea examinar constantemente qué podemos cambiar dentro de nosotros. Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que podemos tener de nosotros mismos, tendríamos otro tipo de mundo.

¿Qué preguntas debemos hacernos para sentir de otra manera?
La mayoría de las personas cree que las emociones son reales.. Las emociones y los sentimientos son el producto final, el resultado de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, vivimos siempre en la actualización de sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso químico vez tras vez. Una pregunta que ayudaría a cambiarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día que me sirve de excusa para no cambiar? Si las personas empiezan a decirse: yo puedo eliminar la culpa, la vergüenza, las sensaciones de no merecer, de no valer….; si podemos eliminar esos estados emocionales destructivos, empezamos a liberarnos, porque son estos estados emocionales los que nos impulsan a comportarnos como animales con grandes almacenes de recuerdos. ¿Cuál es el mayor ideal de mí mismo? ¿Qué puedo cambiar de mí mismo para ser mejor persona? ¿A quién en la historia admiro y qué quiero emular?
Pero saber quién quieres ser no es suficiente para cambiar tu cableado.
No. El conocimiento es lo que precede a la experiencia. Aprender una información es personalizarla y aplicarla. Debemos modificar nuestro comportamiento para poder tener una nueva experiencia que a su vez crea nuevas emociones. El conocimiento es para la mente; la experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar al cuerpo lo que la mente ha entendido intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa experiencia, se archiva en un sistema nuevo en el cerebro, y eso permite pasar del pensar al hacer, al ser.
El siguiente paso es cambiar hábitos de comportamiento, tiene que haber acción.
El hábito más grande que tenemos que romper es el de ser nosotros mismos, porque la neurociencia y la psicología dicen que la personalidad ya esta formada antes de los 35 años, eso significa que tenemos los circuitos hechos para poder enfrentarnos a cualquier situación y, por lo tanto, vamos a pensar, a sentir y actuar de la misma manera el resto de nuestros días. Pero los últimos estudios muestran que es posible cambiar la personalidad en todas las etapas de la vida, para eso hay que convertir el hábito inconsciente en algo consciente, llegar a tener conciencia de esos pensamientos y sentimientos inconscientes.

¿Eso son 20 años de psicoanálisis?
Aunque llegues a entender intelectualmente que tu padre era muy dominante, eso no cambia tu condición. El primer paso siempre es aprender. Mientras vamos aprendiendo nueva información y empezamos a pensarla, la contrastamos con nuestras creencias y la analizamos, estamos cambiando nuestro cableado, construyendo una nueva mente. Una vez esa nueva mente está establecida, tenemos que empezar a pensar cómo mostrarla, y ahí entra el cuerpo. Cualquier proceso de cambio requiere el desaprender y el reaprender.
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